jueves, 16 de junio de 2011

Micro-odisea de un jueves a la noche

Y así, tapada hasta las orejas con su cuellera roja, con el corazón dispuesto a enfrentar los avatares del destino, muerta de sueño y de frío, alzó su puño izquierdo al viento y, al grito de "¡Viva la República Libre de Irlanda!", montó en su bicicleta para emprender la travesía bajo las "finas estocadas" de la garúa otoñal que finalmente la llevaría al refugio de su hogar, donde descansaría entre la tibieza de sus sábanas, con la esperanza de poderse levantar temprano al día siguiente a pesar del hipnotizador sonido de la lluvia cayendo sobre el techo de chapas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario