martes, 27 de diciembre de 2016

Esa parte de tu mente que no es tu cabeza

Este año me empezó a gustar la poesía. Antes no me gustaba, decía, porque no la entendía. Pero no era eso; o sí, pero de otro modo. Es así: la poesía (simplificando terriblemente no-me-maten) no tiene una estructura fácilmente aprehensible por el intelecto. Digamos, no se puede racionalizar. El relato, la narrativa, al menos el noventa y cinco por ciento de la narrativa que tenemos disponible, se basa en ciertos presupuestos y relaciones lógicas que nosotros lectores podemos ir desentrañando racionalmente para recrear el sentido de la historia, el denotado y el connotado, pero siempre tendiendo a algo que podemos analizar. No voy a decir que la poesía está libre de todo análisis, pero el elemento primordial es otro. Te agarra de atrás, desprevenida, y le habla al oído a esa parte de tu mente que no es tu cabeza, que no "piensa", que no racionaliza sino que siente y reacciona, intuye, crea. Lo lírico, entonces, está (casi) libre de racionalidad. Al menos, está un cachito antes de lo racional, en ese lugar que aunque no lo puedas explicar decide por qué Fito si y Axel no, chocolate sí y remolacha no, su boca sí y otras no.
Resulta que este año estuve dejando salir a jugar un poco más a esa parte de mi mente, que pobre, tiene que usar factor cuarenta de protección de tanto que hace que no sale al sol. No es casual entonces que andando sin correa me haga manotear esa edición de Capítulo, finita, de un tal Oliverio, o me haga volver a las antologías de Julio Florencio para leer esa sección en verso que había pasado de largo, o merodear ciertas secciones de las librerías que antes me daban alergia. 
Estimada yo: este texto demuestra que no vas a dejar de racionalizar todo lo que te rodea, pero que de vez en cuando, y porque ya estamos grandes, le podés dar un par de cachetazos al logos en la cola.

jueves, 29 de septiembre de 2016

che
creo que voy a escribir
no sé 
si para que me leas pero
al menos
para saber que estoy acá
creo que voy a escribir
alguna vez
si se me cae una idea
che, no sé
creo
que puedo tener algo para decir
mientras espero 
no esperar más
mientras 
creo 
que puedo vivir
y afuera, frío,
otro cielo 
oscurece y me aleja
de la que fui

miércoles, 28 de septiembre de 2016

martes, 27 de septiembre de 2016

discrimino

Hay diferencia.
Entre: estar y ser;
          ser y hacer;
          hacer y poder;
          poder y querer;
                     y desear, y amar.
Entre
       ver y
              creer y
                         saber.
Entre la imagen y la vida.
Entre el dicho y el hecho.
Entre ayer y hoy
                       (y mañana)
Entre vos y yo.
Hay mucha diferencia.
Menos mal.